Jerry llegó a nosotros el año pasado con claros signos de maltrato. Curamos sus heridas físicas y le prometimos un hogar donde terminaría de sanar las heridas de su alma. Esa promesa hoy ya es un hecho, y no podemos estar más felices. Pequeño, tu estancia en el refugio no ha sido muy larga, pero nos has robado el corazón a todos. Vas a ser lo feliz que debiste ser siempre, y esta vez nadie volverá a hacerte ningún tipo de daño. Te vamos a echar mucho de menos. Bienvenido al resto de tu vida!
Finales Felices