Stewie fue encontrado vagando en las calles sin ningún tipo de identificación ni chip, siendo esto último obligatorio por ley. Decidimos hacernos cargo de él antes de que se lo llevara la perrera, donde su final hubiera sido muy distinto a este. Lo más sorprendente es que si tenía un humano, un humano al que poco debía de importarle, pues jamás nos contactó para chiparlo y reunirse con él. En su lugar recibimos infinitas amenazas bastantes subidas de tono, pero eso solo nos hizo reforzar que Stewie merecía algo mejor, más estable y cívico. Nos ha costado más de lo que hubiéramos querido, pero por fin podemos decir que nuestro pequeño cascabel tiene la familia que SIEMPRE mereció. Sé muy feliz, pitufillo, lo de echarte de menos es cosa nuestra.