Thor deja atrás una vida dura y triste, llevaba 1 año tras los muros y pensábamos que tenía todas las papeletas para convertirse en otro invisible más. Su edad, su tamaño.. nada importó a esta familia, que lejos de fijarse en el físico o en su longevidad, se dejó embaucar por ese gran corazón. Thor por fin tiene el hogar que merece, unos papis estupendos y una hermanita también rescatada. Todas las adopciones son algo que celebrar, pero estas en las que solo habla el corazón son tan necesarias como mágicas. Sé feliz grandullón, te vamos a echar muchísimo de menos!
Finales Felices